El famoso discurso del presidente Kennedy en Mayo de 1961, diciendo que EEUU pondría un ser humano en la Luna antes de terminar la década, obligó a la NASA a ponerse las pilas, y tirar hacia adelante su programa espacial quemando etapas y asumiendo unos riesgos que hoy en día nos parecerían absolutamente impensables.
Y una de las cosas en las que tuvieron que improvisar rápidamente fue,
El seguro de vida de los astronautas:
Resulta que, la NASA no consiguió encontrar ninguna aseguradora que estuviera dispuesta a pagar un seguro de vida a Armstrong, Aldrin y Colins, las primeras personas en viajar a la Luna, ya que consideraban que era una misión prácticamente suicida y que había muchísimas posibilidades de que los astronautas no regresaran.
«No se puede circular sin un coche asegurado, pero si vas a la Luna no hay problema.»
Desde luego, razón no les faltaba. Pero no podía ser que 3 héroes fueran a hacer el viaje más apasionante y arriesgado de la historia de la humanidad y sus familias no fueran recompensadas de alguna manera si no conseguían volver. Por eso dieron con una ingeniosa solución: crear unas tarjetas especiales con diseños sobre la misión, que los 3 astronautas firmaron y dedicaron.
La idea era que las tarjetas quedasen en posesión de las familias y en caso de que los astronautas no regresaran a la Tierra, pudieran venderlas por un alto precio, ya que se convertirían en unos souvenirs muy valiosos… aunque también algo macabros. Por suerte la misión salió bien y las tarjetas fueron devueltas al club filatélico con el que se habían asociado, que las repartió por ahí sin que quedara ningún rastro oficial de ellas.
Pero los Astronautas del Apolo 11 no fueron los únicos en tener problemas con las aseguradoras. El conocido director de cine Stanley Kubrik, que por entonces estaba rodando ‘2001 una odisea en el espacio’ quiso contratar a una aseguradora que le compensara por las posibles pérdidas que sufriría el estreno de su película si los astronautas encontraban vida en la Luna.
La Luna, donde el apetito al riesgo disminuye.
Esto es algo que hoy en día nos parece de risa, pero curiosamente, ninguna aseguradora quiso arriesgarse. Todas pensaban que encontrar vida en la Luna era una opción demasiado probable como para arriesgarse. Pero finalmente pudimos comprobar que, al igual que en 2001 una odisea en el espacio, la Luna es un mundo desolado y estéril.
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