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TONO Y ESTILO: LA VOZ DE UNA CORREDURÍA

El sector de la mediación de seguros arrastra un estigma importante desde los orígenes de su concepción como labor profesional, puesto que es un trabajo que se originó al aprovechar una oportunidad: que poca gente comprendía el sector de los seguros.  Los primeros mediadores fueron electricistas, lampistas y profesionales de diversos ámbitos que, sencillamente, comprendían las aristas de un seguro y podían buscar unas mejores condiciones para sus clientes a cambio de una pequeña parte. Y ese factor de oportunismo siempre ha sido un lastre. Pero una de las formas de combatirlo actualmente son el tono y estilo, la voz de la correduría.

Lógicamente, el sector de la mediación hoy en día no tiene nada que ver con ese entonces. Hay herramientas, técnicas y estudios que han permitido su desarrollo y profesionalización hasta niveles insospechados. Precisamente por eso, la competencia entre corredurías es cada vez mayor y los servicios que ofrecen todas benefician cada vez más al cliente. Por tanto, como correduría o corredor independiente, hay que cambiar el enfoque para buscar la diferenciación y destacar.  Y ahí es donde entran los elemento que antes comentábamos.

 

¿Qué son el tono y estilo? 

Ambos elementos son dos aspectos clave a la hora de crear la voz de una correduría. Una marca con una voz definida, única y reconocible es más capaz de generar una relación más estrecha con su público a la hora de captar nuevos prospectos. 

En el ámbito industrial lleva muchos años asociándose falsamente a la frialdad con la profesionalidad, pero el consumidor está cambiando y con él sus hábitos de consumo: en la inmensa mayoría de los casos, tratar de usted o con formas excesivamente correctas genera más sensación de rechazo que de agradecimiento. 

Por tanto, escoger una buena voz para que la correduría se comunique puede convertirse en una decisión determinante para su éxito.

¿Cómo se escoge una voz? 

No hay voces mejores o peores que otras; hay voces acertadas y desacertadas. A la hora de evaluar si una voz es acertada o no, hay varios elementos a tener en cuenta. 

  • Personalidad: Un ejercicio muy útil a la hora de elaborar un documento que recoja la voz, tono y estilo de una marca (un manual de identidad verbal) es la prosopopeya: dotar de características humanas a la empresa e imaginarla interactuando con otras personas, pensando, hablando. Ese carácter humano es lo que hay que proyectar sobre la comunicación de la empresa y ser consecuente con él en cualquier tipo de comunicado. Depende, en parte, de ello que la omnicanalidad sea un punto a favor o uno en contra para la correduría. 
  • Público objetivo: ¿Quién habla de la misma manera con un padre, un amigo y un hijo? Sobre todo en el sector industrial, se tiende a despersonalizar todo lo que tenga que ver con el trabajo. Sin embargo, esta práctica es cada vez menos recomendable. Las empresas están representadas por personas, por eso hay que comunicar para personas. Por tanto, es clave evaluar a qué tipo de personas nos dirigimos: qué intereses tienen, qué contenido consumen o qué tipos de mensajes despiertan emociones positivas en ellos. Y, aunque no se hable igual a un padre, un hijo y un amigo, es imprescindible ser reconocible para los tres. Una correduría debe tener sólo una voz. 
  • Oferta: Una correduría debe ser consciente de qué ofrece para elaborar una voz consecuente con la personalidad de la marca. Si la marca no ofrece seguros de autos, no conviene que en sus comunicados haya metáforas del sector del motor, por más que alguien que se comunique en su nombre sea un fanático del ámbito. Es importante elaborar bancos de palabras y universos semánticos de los que la empresa no debería querer salir. 

¿Por qué son tan importantes el tono y estilo? 

La inmensa mayoría de las interacciones entre una correduría y su público están presididas por el lenguaje verbal. Sin embargo, siempre se prima tener una estética cuidada y llamativa, pero se deja de lado el lenguaje. 

Y sí, es cierto que, si en una página web íntegramente roja aparece un cuadro azul, es llamativo y transmite la sensación de descuido; pero una marca sin una voz definida es inconsecuente, caótica e inconsistente.  

Algunos de los errores comunes que generan esta percepción y que se derivan de no tener un tono y estilo definidos son: 

  • Alternancia de persona gramatical: Es habitual en las webs del sector industrial ver conviviendo en la misma página frases como “en NOMBRE nos dedicamos a hacer esto”, “NOMBRE cuenta con un equipo humano de X personas”, “El ofrecimiento de servicios a los clientes”. En estos tres ejemplos vemos frases en primera persona del plural, tercera persona y estructura impersonal. Esta inconsecuencia genera disonancias en la percepción de los clientes. 
  • Abuso de gerundios, preposiciones y aliteraciones: Los gerundios y las repeticiones frenan mucho el ritmo de la lectura y convierten un texto en plomizo. También es común leer párrafos de este tipo: “En NOMBRE, ofreciendo y consiguiendo nuestros objetivos para los clientes, esforzándonos en ser mejores para optimizar los procesos, conseguimos ser la mejor opción para nuestros clientes”. 
  • Incorrección gramatical: Una forma sencilla de dinamitar la calidad de un texto es estructurarlo mal. Tener un tono definido, permite elaborar una “plantilla” a la hora de crear los textos de cualquier comunicación. Eso facilita mucho ahorrarse errores como anacolutos (incoherencias con los sujetos en las oraciones), circunloquios (repeticiones innecesarias que no aportan significado ni valor narrativo) tautologías (argumentos redundantes que no aportan información) y demás elementos de este tipo. 

¿Cómo se crea una buena voz? 

Como hemos explicado, crear la mejor voz para una correduría requiere de un proceso de inmersión, estudio y elaboración llevado a cabo por profesionales que puedan dimensionar la importancia de las palabras y optimizar el valor de los recursos textuales. 

En SOLVENTO Consulting podemos encontrar la mejor voz para tu correduría y enseñarte a aplicarla a todas tus comunicaciones: desde tu página web hasta las redes sociales

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